Me lo pide como ofrenda.
El sol que nace en los pagos
me insiste que vierta el agua,
que más que agua es vapor.
Como nido, de buen hornero,
se me hace el mate sencillo,
y como ese sol indomable,
al verde le saca el brillo.
Curioso es que con la bruma
se confunden… los fantasmas;
en tierra de los charrúas
cabalgan, en soledad.
No se ríe a la ligera,
ni por tus logros se alegra,
pero hay una cosa, hermano,
El muy amargado acompaña
sincero y sin condición.
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Y si el invierno te enfría el pecho...
pues él calienta el corazón.
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