sábado, 1 de mayo de 2010

La noche que apagaste la luna


Hoy me levanté raro. Me levanté con ganas de extrañarte. Y qué rara sensación, amor, cuando uno se siente tan insignificante. Pasó la mañana y no supe nada de vos. ¿Qué te pasa? No seguís mal por lo de ayer, ¿no? Te lo dije ya varias veces: son duros los agites de la vida. Pero todo se resuelve amor, todo a su justo final llega.

Pensá que sos linda y que te quiero tanto. Pensá y regalame una sonrisa en vez de un llanto. Me duelen tus lágrimas, ¿te lo dije? Cortá con tanto sadismo, y te prometo disminuir mis niveles de retórica. Ése es tu problema, nena. No se puede cada día vivir de dolores y penas ajenas. No está bueno que te extrañen, o al menos no es sano pretenderlo.

Bo, contestá el teléfono. ¡Ya son las cuatro! Como te decía amor, hay cosas peores que ésa. Uno tiene que erguirse y levantar cabeza. ¿Viste lo que dice tu abuela? ¡No te achiques! Son pequeños golpes que todos recibimos tarde o temprano. Es que la vida tiene esa maldita puntería de embocarle a la nuca con el palo… Te da donde más te duele, la muy injusta. Igual me tenés a mí, y siempre estoy a tu lado.

No aflojes che, ¡vamos! ¿Las ocho y no estás en casa? ¡Ni tu hermano sabe donde andás! Con estas cosas no se juega amor, me estás preocupando. Esta corazonada tan fea no me hace bien. ¡Dame señales! ¿Por qué camino a la playa? ¿Estás gritando mi nombre? ¡Estoy yendo rápido! ¡Aguantá un cacho! ¿Por dónde nena, por dónde? Ya te encuentro, dame tiempo.

Se me va cerrando el pecho. Qué rambla ventosa, puteo. ¿Por estas escaleras bajo? ¡Vos guiame que yo te encuentro! Seguí llamando mi nombre. No te escucho, no me dejes. No me abandones ahora, no por boludeces. En la playa fría te busco; y no te veo. Esto es un maldito desierto, este lugar nunca se vio tan feo… Por lo menos está esta luna. Me calmo y pienso: que linda noche para abrazarte en las rocas. Corre un vientito tibio, y justo creo que me vuelve el alma al cuerpo.

Pero bajo la mirada y me hielo. Chiquita, no, decime que no es cierto. ¿Qué es esto que va hacia el mar? ¡No, amor, no! Siento que muero. Porque tengo en la boca esta amarga certeza de que esto que estoy viendo son tus huellas en la arena...

No hay comentarios:

Publicar un comentario